Tipos de rellenos de edredón y cómo elegir el ideal para tu dormitorio
Elegir el edredón o la funda nórdica ideal depende del tamaño de la cama pero también es muy importante tener en cuenta la temperatura ambiente de tu dormitorio. Si tu habitación es un lugar cálido y confortable no necesitarás el mismo relleno que si es fría y, por supuesto la época del año también influye en la decisión final. ¿Sabías que existen edredones de verano?
Índice del artículo
¿Qué tipos de rellenos de edredón o nórdicos podemos encontrar?
Relleno de plumón
Relleno de lana
La lana, naturalmente antiácaros, es un excelente aislante térmico y garantiza una buena regulación de la temperatura. Además, su excelente capacidad de absorción te protegerá de la sensación de humedad aunque sudes mucho durante la noche.
La lana es indeformable y tiende siempre a retomar su forma original; es una fibra sostenible, renovable y no contaminante, con las propiedades de durabilidad y resistencia al paso de los años. También es resistente a las bacterias y hongos.
Relleno de microfibra
En lo que respecta al relleno sintético, puedes elegir entre diferentes calidades de microfibra de poliéster. Cuanto más huecas estén y más aire contengan, más ligero será el edredón conservando su capacidad aislante. Algunas microfibras de poliéster también están siliconadas para deslizarse mejor entre ellas. De ese modo, se evita que se apelmacen en una esquina de la funda.
También le dan un aspecto más voluminoso al edredón. El edredón sintético es transpirable y menos caro que un edredón con relleno natural. Además, es más fácil de mantener. Sin embargo, su vida útil es más corta.
Actualmente hay rellenos sintéticos de muy alta calidad, como la fibra hueca siliconada de tacto pluma, que permite la circulación del aire y goza de un gran poder aislante
¿Cómo elegir el edredón o nórdico ideal?
Ahora que sabes los tipos de rellenos, para tomar la decisión final debes tener en cuenta otro factor más, el gramaje. Cuanto mayor sea el gramaje, mayor será la protección contra el frío. Para climas cálidos, con un gramaje de hasta 200 g/m o 250 g/m. Por el contrario, para climas más fríos, lo ideal será un gramaje superior a 250 g/m o 300 g/m.
Ignacio Baile